Buenos días. Hoy os propongo crear un juguete con material reciclado ¿Te atreves?
Los juguetes hechos a mano siempre tienen algo muy especial… y es que en ellos hay la huella de quién los hizo. Desde la pedagogía Waldorf se defiende que los niños pueden percibir la calidez y mimo que puso el creador en cada material de juego. Y yo creo que sí, hay algo único y especial en cada “juguete” hecho a mano.
Pero además, si involucramos a los niños en la creación de todos esos elementos de juego son posibles muchos otros aprendizajes que se pierden al comprarse los juguetes directamente.
¿Quieres descubrir que beneficios pueden tener los materiales de juego caseros?
MOTIVOS PARA POTENCIAR LOS JUGUETES RECICLADOS:
1. Porque no todo en esta vida se compra. Para mí es uno de los pilares fundamentales de la educación que le queremos transmitir al peque. No es sólo que hay cosas que no se pueden comprar sino que en muchas ocasiones no es necesario. Por más juguetes que tengan los niños suelen acabar jugando con los mismos, pasada la novedad. Por lo tanto, mejor dejar de comprar tantos (y generar residuos) y que con cada nuevo juguete DIY puedan aprender un montón de cosas, trabajar la motricidad fina, etc.
2. Porque potencian la imaginación.
3. Porque es una oportunidad para aprender cómo están hechas las cosas. Cuando hacemos juguetes caseros con los niños éstos aprenden el proceso de creación de un determinado objeto. Por ejemplo, si ponemos bisagras a un tablón de madera… tenemos una puerta, si ponemos patas al tablón tenemos una mesa, si cosemos varias telas podemos crear disfraces, etc. En cambio, cuando compramos los juguetes hechos nos perdemos todo ese proceso de creación/construcción.
4. Porque favorecen el trabajo en equipo y enriquecen a la familia. Hacer juguetes DIY con los niños favorece el trabajo en equipo. A lo mejor hay cosas más peligrosas que hará el adulto (usar un soldador, una sierra… siempre depende de la edad del niño, claro), otras que puede hacer el peque perfectamente, o si hay varios niños pueden distribuirse las tareas, etc. Además, enriquecen a la familia.
5. Porque puedes personalizar al máximo el diseño, el tamaño, colores, características… lo cual hace que ese juguete sea una pieza única. Tener algunos juguetes exclusivos en medio de tantos producidos en masa también está bien, ¿no?
6. Porque aprenden a disfrutar del proceso. Estamos todos tan acostumbrados a comprar todo lo que queremos o necesitamos que a veces, incluso, ni disfrutamos de lo comprado. La filosofía del DIY nos ayuda a gozar del procedimiento. No sólo se disfruta con el resultado final sino también del proceso creativo, de búsqueda de materiales, etc.
7. Porque promueven el valor del reciclaje. Cuando empiezas a crear cositas y juguetes por ti misma… te das cuenta que todo lo que nos rodea puede tener varios usos. Y reutilizar todos estos materiales nos ayuda a ensuciar un poquito menos el planeta, lo cual, creo, es un valor fundamental.
Además, el dinero que ahorras puedes invertirlo en muchas otras cosas, como por ejemplo material didáctico y libros, entradas a museos, piscinas y en juguetes de calidad, como los de madera (te cuento aquí por qué nos encantan los juguetes de este material).
¿Os he convencido para animaros a hacer más elementos de juego DIY? Espero que sí y que disfrutéis en familia de todo el proceso.
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